Están formadas por un depósito de ácido sulfúrico y dentro de él hay una serie de placas de plomo dispuestas de forma alternada. A diferencia de las de gel el electrolito está en fase líquida y es agua destilada.
Las ventajas respecto a las otras residen en que tienen un menor coste y son más fáciles de fabricar, además es una tecnología madura y ofrece un servicio fiable. La autodescarga es muy baja, y tienen un buen comportamiento frente a altas y bajas temperaturas, cabe mencionar que los componentes son fácilmente reciclables.
Resistencia muy elevada a las vibraciones
El sistema de acumulación consiste en un juego de elementos en batería, generalmente de plomo-ácido, cada uno de los cuales produce una tensión de 2 Voltios. Esto quiere decir que para una instalación a 12 Voltios, se necesitará una batería compuesta por 6 vasos, puestos en serie; mientras que si es de 24 Voltios, la batería tendrá 12 vasos en serie.
Proporcionan los mismos beneficios que las baterías de gel, pero con la diferencia de que este tipo de baterías soportan la tensión de carga con la cuales trabajan las baterías convencionales, sin precisar de ninguna modificación al sistema de carga.